La veo partir, es mi niña, es mi mujercita de 14 años
Quién no ha visto una hija partir, sin quedar con la preocupación?
La vemos organizar viajes con sus amigas, y nos quisiéramos asegurar de cada detalle. Pasamos incluso por demasiado aprensivas, y al final por no resultar molestas, callamos. Nos unimos en lo que podemos a la alegría de los preparativos, comprar ropa, zapatos,si hace falta maleta, bolsito, en fin usamos todo nuestro esfuerzo moral y "monetario" para que todo sea perfecto.
Al final la vida es una, y lugares de conocer son tantos. Esta es la final convicción de que es correcto que salgan. Que nos cuenten del mundo a través de sus ojos. Leer o escuchar cada detalle de lo que han visto, dicho no una, sino muchas veces. Hasta vemos los colores, olemos las fragancias, sentimos texturas sin tocarlas.
Después de cada llamada, de cada carta, queda siempre sensación de haber dicho tan poco. La llamada fue breve, la carta demasiado corta. Jamás serán suficiente, porque ese vacío, se llena solo cuando ellas regresan.
Sally
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