Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero aún no se escucha que detrás de una gran mujer haya algún gran hombre. Y es que en el s. XXI ser mujer sigue requiriendo un esfuerzo hercúleo porque nuestros derechos y deberes no van a la par.
La mujer de hoy se exige verse comprometida con ella misma y descubrir su verdadero potencial que la hace auténtica mujer femenina. Tiene que ser ama de casa, ejecutiva, amante de su compañero, artista y deportista a la vez. Todos estos roles quieren ser actualmente experimentados por la mujer pero no sabe cómo, se orienta hacia una o dos áreas: o bien es ama de casa y artista, o bien adicta al trabajo y descuida las otras áreas, vitales para el desarrollo emocional psíquico de la mujer de hoy.
A pesar de su férreo aporte a la sociedad, todavía es poco común encontrarse por ejemplo mujeres en la posición de directoras de departamento de empresas debido a que el ser madre trunca sus carreras profesionales por falta de medios para el cuidado de sus hijos.
En toda cultura la mujer, de hoy y de siempre, se´siente de manera natural atraída antes por la persona que por la conquista del mundo material que la rodea. En ello se esconde su debilidad y su fortaleza. Por eso necesitamos que el futuro sea de la mujer, muy capaz de enmendar cualquier sociedad deshumanizada.
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