He viajado tanto hoy, he viso turistas, sentido tantas lenguas. He encontrado en este viaje, o me he hecho un pequeño amigo y por pequeño me refiero a un bebe de 1 año y algo. Con sus medias palabras y sus ojos risueños hizo el que, hubiera sido aburrido, un viaje de encantó. Descubría, ralladuras,y escritos, dibujos y todos eran una fuente de alegría, de querer saber que eran y todo le daba felicidad. Los demás sólo pensábamos en el gran calor en el tren, que era viejo y sin aire condicionado y con las mascarillas que nos hacen dar más calor.
Los niños nos demuestran que simple es la alegría, que simple es la felicidad. Es importante además recordar que los niños son muy beneficiados al adaptarse a viajar desde pequeños, tanto en su desarrollo social como emocional. Aprenden a afrontar la quietud, lo que significa respetar y permanecer sentados por horas. Desarrollan un gran sentido de observación, de curiosidad y de socialización
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